¡Poesias Genalguacil!
Puente moro
En las orillas del río Almarchar, erguido se alzan los restos de un puente ancestral, testigo mudo de tiempos sin par, el Puente Moro, joya sin igual.

Sus arco de piedra cuenta historias, de un pasado que el tiempo desgastó, un lazo firme entre dos glorias, Benestepar y Genalguacil, un paso imprescindible, entre ambos pueblos se extendía, sus aguas claras, siempre accesible, una senda que el tiempo perdía.

Sus viejas piedras susurran secretos, al viento que sopla con suavidad, historias de encuentros y de afectos, sueños de unión y felicidad.

En las inmediaciones del molino de Godoy, su ruinas se alzan con majestuosidad, como guardián de un tiempo de gozo y hoy, del pasado que aún vive en la realidad.

El Puente Moro, en su encanto sereno, refleja el legado de aquellos días, cuando el río unía dos pueblos amenos, en una danza de risas y alegrías.

Genalguacil y Benestepar, unidos por siempre, a través del puente que el tiempo forjó, testigo de amores, promesas ardientes, una senda eterna donde el amor brotó.

En sus pasos antiguos, hoy caminamos, honrando la memoria que nos legó, el puente que nuestros corazones enlazamos, un lazo indestructible, que nunca se rompió.

Así perdurarán las ruinas en el Puente Moro, sobre el río Almarchar, en su esplendor, un símbolo eterno, sublime tesoro, de la unión de dos pueblos con amor.

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